Son pareja, periodistas y viajeros. Después de los 50, decidieron cumplir su gran sueño: recorrer Argentina y Latinoamérica en moto. En esta charla con Sur Adentro, Wally y Lili cuentan cómo es viajar sintiéndose parte del paisaje, compartir la ruta y la vida, y transmitir autenticidad en cada destino.
Sobre la aventura de viajar en moto
¿Cómo comenzó esta pasión por viajar en moto juntos?
Wally: antes de los 20 años yo ya manejaba moto, a los dos siempre nos gustaron las motos, durante muchos tiempo en el que nos dedicamos a formar una familia con tres hijos, viajábamos en auto con carpa, recorrimos muchos lugares de Argentina y de los países limítrofes. Cuando los chicos se hicieron grandes, pudimos usar las motos para empezar a viajar, pero fue en la pandemia que nos dimos cuenta que queríamos cumplir el sueño de viajar en moto tanto por Argentina, como por latinoamérica. Y desde septiembre de 2021, no hemos parado de rodar.
¿Qué tiene la moto que no tienen otros medios de transporte?
Lili: desde el punto de vista práctico es económica y funcional ya que no se queda atascada por el tránsito. Pero desde lo conceptual es una forma de sentirse libre. Viajar en moto es ser parte del paisaje y no solo un espectador. Y cuando el camino es largo y estás rodeado de nada, solo el horizonte también es una forma de terapia que te ayuda a poner en perspectiva lo que has vivido e incluso de conectar con los que ya no están en el recuerdo.
¿Cómo es la logística de un viaje largo en moto?. ¿Qué no puede faltar nunca en las alforjas?
Wally: lo más importante es minimizar el equipaje. Se aprende a vivir con muchas menos cosas en moto. El «lo llevo por las dudas» está desterrado. No puede faltar nunca: termo con agua, herramientas, tecnología para crear contenido y ropa térmica.
¿Qué lugar les resultó el más desafiante para recorrer en dos ruedas?
Lili: hay varios, en Argentina subir a Laguna Brava en La Rioja, y después el cruce de Los Andes desde Arequipa a Puno y en sentido inverso de Cuzco a Nazca fueron desafíos grandes pero a su vez maravillosos. Sobre todo para Wally que sufre de vértigo aunque no lo crean. Y los caminos con precipicios le requieren más concentración. Lo mío es puro disfrute. Sin embargo, para mí fue un desafío enorme, cruzar el Paso de Jama, porque me afectó muchísimo el mal de altura. Sin embargo, también pudimos vencer ese obstáculo. Y llegar a los Andes peruanos ya aclimatada para disfrutar.
Territorios y destinos
¿Hay algún lugar que los haya sorprendido más de lo esperado?
Lili: a mi me sorprendió muchísimo Perú, creo que a ambos, pero incluso Machu Pichu que uno lo ve mil veces en imágenes o videos cuando llegas a la Ciudadela es algo muy superior a todo lo que imaginaste.
Wally: coincido, a mi me volvió loco ver la ingeniería y la arquitectura de los incas. ¡Es sorprendente!.
¿Qué rincones de Argentina sienten que están invisibilizados y merecen más atención?
Wally: La Rioja y Catamarca son lugares que pocos conocen y tienen una riqueza cultural y de paisajes naturales increíbles. El Shincal de Quimivil (único resto arqueológico inca en Argentina) o el Pucara de Hualco en La Rioja.
Lili: todo Misiones a excepción de Iguazú es maravilloso. Y muchos rincones entrerrianos como Ubajay o Liebig y también ciudades como Concepción del Uruguay, Federación. ¿Se nota que amo el litoral, no?.
¿Cómo es la diferencia entre recorrer nuestro país y salir al exterior?
Wally: nosotros conocemos casi toda la Argentina, nos falta como provincia Tierra del Fuego e Islas Malvinas. Y también hemos viajado mucho al exterior tanto en moto como en vuelos. La diferencia es sentirse en casa o no. Ya sea por la comida o por las costumbres argentinas. O el idioma. En Argentina estamos en nuestro hogar y si bien hay lugares que nos hacen sentir así este bendito país es irreemplazable.
Lili: a partir de este viaje por Chile y Perú (y México en avión desde Lima) sobre todo en tierra peruana haciendo los caminos del Valle Sagrado empecé a sentir el concepto que ya tenía tal intelectualizado de patria grande. Y me despertó un interés muy profundo de seguir recorriendo América latina en la que me sentí mas en casa que en otro lugar del mundo. Pero obviamente como dice Wally se extraña sobre todo las costumbres, los amigos y la familia.
¿Qué rol juega el encuentro con las personas en sus viajes?
Wally: el más importante. Que un lugar nos conmueva depende más del trato con la gente que de la belleza de un paisaje o lo que sea el atractivo turístico.
Sobre el estilo de vida
¿Qué les dijo su entorno cuando empezaron a viajar así?
Wally: tanto nuestros amigos como nuestra familia nos apoyaron y alentaron siempre.
Lili: nuestros hijos estaban un poco preocupados pero yo bromeaba y les decía que cuando eran adolescentes nosotros nos preocupábamos por ellos, a qué hora llegaba, etc. Ahora les tocaba a ellos. Y siempre que llegábamos a un destino le mandábamos un mensaje. Estaban felices viéndonos cumplir nuestro sueño.
¿Cómo sienten que se ha transformado su vínculo a partir de los viajes?
Wally: es difícil notar eso porque siempre viajamos. Estamos juntos desde los 16 años, crecimos juntos y el vínculo se transformó por la vida misma. Los viajes nos han fortalecido más sin duda.
¿En qué momento decidieron empezar a compartir lo que hacían en redes?
Lili: yo soy periodista y en 2006 comencé a trabajar en un blog de viajes. Y un canal de YouTube. En 2012 abrí Instagram para generar tráfico al blog y a los poco meses tenia casi diez mil seguidores. Eran los comienzos de la red social y no había algoritmos. En YouTube los videos no los veían ni los familiares. Tenía 27 suscriptores en 2020 y ese año encerrados decidí hacer un curso de SEO marketing dirigido a redes y logré los 1000 suscriptores para monetizar. Hace poco recibimos la placa de los primeros 100 mil suscriptores.
Sobre su trabajo como influencers
¿Qué buscan transmitir con su contenido?
Lili: al principio, la palabra influencer no me simpatizaba mucho, porque en realidad lo que nosotros hacíamos era comunicar, ahora ya la tengo incorporada.
Wally: yo me siento mejor como youtuber, allí me puedo expresar por el contenido que dura más tiempo, el que mira videos en YouTube se interesa más por los detalles, por la historia, por la cultura.
Lili: es verdad que los contenidos de Instagram exigen tiempos mínimos, lo cual es un desafío, sin embargo, creo que lo más importante que hacemos juntos, es mostrar las experiencias con la mayor autenticidad posible. Somos de los pocos que realizamos las historias en tiempo real, siempre que la conexión lo permita y eso creo tiene un plus importante para comunicar la realidad.
¿Cómo eligen qué contar y cómo contarlo?
Lili: elegimos contar lo que vivimos, por mi profesión, lo hago con una técnica narrativa, estilo crónica, periodística, o lo que hoy se llama Storytelling.
Wally: no usamos guiones, algo que tal vez debamos mejorar desde el punto de vista técnico, pero sin dudas que transmitimos más por la emocionalidad.
¿Qué les dice la comunidad que los sigue?
Lili: en mi caso, que me tocó atravesar un tratamiento oncológico. La comunidad de Instagram fue determinante por el apoyo y el aliento permanente. Lo mismo que muchísimas marcas que nos acompañaron, a pesar que teníamos mucha limitación para movernos. Les llamábamos «tribu guerrera del amor». Fue increíble todo lo que recibimos, estampitas de lugares del mundo más diverso, oraciones en diferentes religiones, en fin no alcanzan las palabras para agradecer.
Wally: además nos dicen mucho que admiran el espíritu aventurero y afortunadamente todos los comentarios son muy generosos. Y también nos consultan mucho sobre tips de los lugares que visitamos o nos recomiendan lugares.
¿Cómo manejan el equilibrio entre disfrutar el viaje y documentarlo?
Lili: ¡ese es todo un tema!. En viajes cortos es más sencillo aunque parezca lo contrario al tener menos tiempo pero en un viaje de dos meses de diez mil kilómetros en moto sabíamos que no siempre sería fácil compatibilizar por lo cual elegimos los lugares para realizar acciones de difusión y en muchos casos para vivir la experiencia sin una pantalla en la mano. De todos modos el viaje está muy bien documentado.
Wally: nos ayuda mucho complementarnos. Yo me ocupo de la logística y de manejar la moto y ella atrás crea contenidos de ruta más alguna cámara fija. Y después de muchas horas de camino yo llego al hotel y me duermo mientras Lili tal vez edite hasta tarde. Disfrutamos todos los viajes y creo que el transmitir lo que vivimos en forma autentica ayuda mucho.
Sobre viajar después de los 50
¿Qué prejuicios sintieron que rompieron?
Lili: creo que no rompimos ningún prejuicio porque venimos de una familia un poco atípica, de artistas, etc. Y para nosotros es «normal» lo que para otros tal vez es extraño. Afortunadamente nunca fuimos de seguir modas, mandatos, etc. Lo que sí, creo que viajar después de los 50 es una forma de percibir el tiempo diferente. De vivir más intensamente, pero con más calma, por lo tanto el tiempo como en el reloj de Dalí, se expresa relativamente, y uno siente que vive más porque tiene más vivencias en tiempos cronológicos más cortos.
Wally: nacimos en los ’60, creo que nos tocó ser parte de una generación un poco hippie que rompió prejuicios de verdad por eso a los 50 ya no sentimos diferencia.
¿Cómo piensan el turismo desde su edad y su experiencia?
Wally: el turismo ha cambiado muchísimo, durante el siglo XX solo viajaba a la gente que tenía mucho dinero, la globalización nos convirtió en una aldea, pero también trajo mucho desequilibrio.
Lili: los fenómenos de masificación turística resultan alarmantes. Tratamos de evitarlos incluso programamos viajes como cuando recorrimos Misiones en moto y no fuimos a cataratas. Nos sentimos responsables de respetar y cuidar el medio ambiente, donde quiera que vayamos. Jamás hacemos una actividad donde se lucre con los animales. La única excepción en la que nos ven mucho visitar es Bariloche, porque allí vive nuestros nietos. Y en esos casos, aprovechamos para mostrar los lugares que menos se visitan.
¿Qué le dirían a una pareja que cree que ya es tarde para empezar a viajar?
Lili: tarde, no es nunca para nada, mientras estamos vivos, mucho menos para viajar justamente en una época en la que es mucho más accesible.
Wally: si tenés salud, la vida siempre te da tiempo para hacer todo, en las etapas que uno elija, lo importante es tener siempre una meta, una «zanahoria» que perseguir.
Miradas sobre el turismo
¿Qué tipo de turismo valoran más?. ¿Qué les interesa mostrar?
Lili: claramente, valoramos más el ecoturismo, los lugares naturales, la concepción de contacto con la naturaleza como energía vital siempre con el máximo respeto.
Wally: y también valoramos mucho la preservación de la historia, la identidad, la memoria y el respeto por aquellos pueblos que nos precedieron, muchos de los cuales fueron exterminados.
¿Cómo ven el vínculo entre turismo, identidad y comunidad?
Lili: como una unidad. El mejor ejemplo es lo que nos generó llegar a Cusco y recorrer el valle sagrado durante diez días antes de llegar a Machu Picchu. Para poder comprender primero hay que conocer la identidad y la historia de cada lugar. Comer en los lugares que lo hacen los locales, conocer su trabajo, en que creen, que aprendieron de sus antepasados, etc. La meta no es lo más importante, sin ninguna duda, es el camino para llegar a ella la mejor parte del viaje.
¿Qué creen que pueden aportar ustedes —como pareja, como mayores, como viajeros conscientes— a la forma de viajar y mirar el mundo?
Lili: seguramente podemos aportar nuestra mirada parcial subjetiva, propia, pero auténtica. Que nada tiene que ver con la verdad, un valor del que yo, particularmente descreo. Y entonces proponer nuestra aporte a la sumatoria de miradas colectivas que serían más enriquecedoras.
Wally: y desde el punto de vista de la experiencia, podemos aportar datos, inspirar a otros a que es posible, cumplir sueños, o lo que es más importante, tener sueños por delante sin que importe la condición, la edad, el momento. El budismo tiene un término que se llama «Ichinen» que significa algo así como determinación profunda, y quiere decir que cuando podemos sentir en el pensamiento, en la palabra y en la acción, lo que deseamos deja de ser una ilusión para convertirse en realidad.



